Qué gusto, Nicolino

lunes, 21 de julio de 2008

Me llegó otro del viajante. Vamos a ver si lo convenzo para que publique por su cuenta estas maravillas...

"Oiga, amigazo, tengo algo que va a revolucionar el negocio culinario, pero le pido que no revele quién se lo vendió porque hay cierta parte de la industria alimenticia que me anda buscando y no precisamente para felicitarme.

Concretamente lo que tengo para ofrecerle es un salero.
Lo ambiguo no es el recipiente sino lo que contiene: está colmado de Sal a Gusto.

Sí, sí, así como lo lee. Este producto tiene la virtud de salar la comida de acuerdo al paladar de quien lo utiliza, pero con la particularidad de que la dosis es fija para todo el mundo.

Sea que esté acosutmbrado a comer sin sal o que le guste escuchar el chirrido de sus dientes contra los sódicos cristales, este producto le dará el sabor de su agrado.

Además de ser ideal para hipertensos, rinde unas 500 a 11850 veces respecto de un salero convencional. De ahí que tengo que andar jugando a las escondidas con los dueños de algunas salinas."

Brillante... espero que de precio no esté muy salado.


7 repercusiones:

Bati Duende dijo...

El problema del salero a gusto es que nunca podrás experimentar el delicado placer de homenajear a tu esposa y/o novia con una elaborada cena que terminará en la basura junto con los cartones de pizza que tuviste que comprar a último momento porque se te fue la sal al carajo y, por más amor que se encuentre en juego, verdaderamente el pollo/pasta/carne/mondongo estaba incomible...
Ni hablar de intentar hacer una de esas bromas pavas en donde el salero se desboca sobre el plato de alguien...
De todas maneras mi cardiólogo dice que compre dos de esos porque sino no hay corazón que aguante...

Anónimo dijo...

El otro dia a mi mama se le abrio el salero cuando le ponia sal a las papas fritas y como no habia nadie se hizo la boluda y junto lo mas que pudo disimuladamente (o tal vez lo hizo alebosamente pero como no habia nadie en la cocina daba lo mismo) ....cuando nos sentamos a la mesa y empezamos a comer nos dimos cuenta de lo sucedido al instante, no solo por la increible cantidad de sal que habia quedado despues de la limpieza, sino por que a mi madre se le caian las lagrimas de la risa .....fue un muy grato momento en familia a pesar de que nos cagamos de hambre .......

A lo que iba ...si hubiera tenido ese salero no hubiera sucedido nada de lo comentado .....yo creo que paso y no lo voy a comprar

Franco dijo...

Bien, Cristian. Me alegro por tu indecisión. A veces no sabemos si quedarnos con hambre pero riendo o con la panza llena y amargados.

Hay que ser papa frita para no darse cuenta...

Nicolino dijo...

Quizas las intrucciones del envase sean muy ambiguas.
Este producto justamente trabaja con el deseo. Si lo que usted Cristian queria era hacer feliz a su madre riendo por lo ridiculamente saladas que estaban las papas, le aseguro que con un solo grano hubiese sentido que se le deshidrataba la boca.
si udted batiduende, estila arruinar la comida a sus citas como metodo de conquista, entonces con otro grano, sentiria disecadas hasta las muelas.
Salar a gusto no es salar siempre igual.
Nadie se baña dos veces en el mismo rio...y nadie sala dos veces igual.

Bati Duende dijo...

Nicoloni: no deja de sorprenderme con su gran sabiduría...

Un saludo desde la baticueva.

Bati Duende dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marina Judith Landau dijo...

Siempre es preferible "sal a gusto" que "sal a discreción" o "sal de allí". Deme dos.

 
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