viernes, 27 de junio de 2008
La profesora necesitaba una frase ambigua.
-"Todo, absolutamente todo, es relativo"
Sonrió y se fue.
No le cobre nada. No supe ponerle precio.
En la tienda de ambigüedades uno puede comprar lo que quiera si sabe cómo pedirlo.
No se puede exigir nada con precisión porque sólo hay ambigüedades. No venga buscando un termómetro, por ejemplo, ya que es demasiado específico. Para eso vaya a una farmacia.
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